En las cinco ediciones anteriores no ha habido manera de conocer el resultado; por más que lo hemos preguntado, no hemos sabido si las ferias de empleo organizadas por el Ayuntamiento de Marbella habían dado sus frutos sacando a gente del paro. Es muy complicado saberlo, nos han dicho siempre.
Cierto. Pero digamos que, a no ser que sea casualidad, debe haber tenido algo de éxito a tenor de los datos del desempleo. O quizá sea la coyuntura, ese lugar común al que tanto se acude.
El caso es que el paro ha bajado, los autónomos crecen y las empresas también. Así que sacó ayer pecho la alcaldesa al presentar la que será la sexta edición. Se ha consolidado. De eso no hay duda.
Y también quizá, embalada por la alegría de los buenos datos, se pasó un poco de frenada. Hasta en dos ocasiones. Está el desempleo, ha estado en concreto el pasado verano, en niveles sobresalientes. Pero la Matrícula de Honor que le dio, seguramente por error, no la ha logrado todavía. No fue ese, el de julio, el mejor dato de la historia. Muy bueno, sí, pero, eso, le queda para el 10.
No parece tan difícil.
