La cosa es seria. Cuanta más claridad y contundencia, mejor. Es muy preocupante y complicada. No empleamos todavía el vocablo “alarmante” porque los responsables públicos no lo hacen, aunque bien podrían.
Escuchen bien, con las dos orejas bien abiertas: si seguimos así, como no caigan chuzos de punta de aquí a final de invierno, los grifos de sus casas empezarán a no echar agua varias horas al día.
¿Por qué decimos “si seguimos así”? Porque conforme aumenta la gravedad de la situación, vamos conociendo datos, sorprendentes algunos, como la cantidad de líquido elemento que consumimos cada uno de nosotros en Marbella al día, y como todo lo que se emplea en regar los jardines; los públicos y los de sus domicilios. Y quien dice jardines, dice patios. Lo mismo da. El agua es la misma.
Para que lo entiendan mejor todavía. Según palabras de la consejera de Acosol, si tenemos que empezar a ver las zonas verdes secas, habrá que hacerlo; si tenemos que empezar a dejar morir plantas, habrá que hacerlo. Bueno, habrá que hacerlo, si no queremos que el problema vaya a peor todavía.
No parece tan difícil.
