Aunque los trabajos de recuperación concluyeron este verano, desde la delegación municipal de Servicios Operativos se estimó volver a colocar la escultura una vez pasado el verano, para evitar molestias a los turistas.
El monumento, en bronce, y levantado sobre una gran peana, lo conforman dos niños junto a una ventana abierta, alegoría a la libertad de expresión que le da nombre.
Obra del artista madrileño Eduardo Soriano, fallecido en 2007 a los 66 años, en su trabajo escultórico de Marbella rezan varias citas célebres como «No valora la libertad quien vive en la oscuridad», o la de Séneca «No hay lugar tan estrecho donde no se pueda elevar el pensamiento al cielo.
La escultura fue un encargo de la época del GIL al frente del ayuntamiento de Marbella, fechada en los 90, como las otras esculturas que adornan su entorno, atribuidas a Salvador Dalí.