'Más de uno Marbella'. Miércoles, 11 de abril de 2018.

Marbella fue ayer un escenario más de un episodio precupante; el de un profesor agredido por el padre o la madre de un alumno simplemente porque regaña o castiga a su hijo o hija. Ocurrió en el colegio José Banús, en el que en 2013, pasó algo parecido. ¡Dos en cinco años. Tampoco son tantas, pensarán! Dos que se sepan, habría de matizarse. A buen seguro que muchas más pasan desapercibidas, bien porque no trasciendan sin más, bien porque ha llegado un punto en el que el listón está a una altura tal, que ciertas conductas se dan incluso como normales. La Asociación Nacional de Profesorado Estatal asegura que cada vez son más y que en su mayoría tienen a los progenitores y no tanto a los alumnos, como protagonistas. Chocan estas manifestaciones, las referidas a la proliferación de agresiones, con el mensaje que daba la directora del propio centro, el colegio José Banús. Ambas tienen sentido en realidad; unas para que tengamos los pies en el suelo; las otras para contribuir a que el ejercicio de la docencia siga su curso. La asociación apuntaba por otra parte una posible solución en cuanto a Andalucía y por ende Marbella, se refiere. Y aquí viene un episodio más de la serie titulada ‘Por increíble que parezca’; la polémica nueva ley de Educación, la LOMCE, especifica que los profesores deben ser considerados autoridad pública; en castellano, que su testimonio es válido de por sí y está por encima de otro en caso de ser agredido mientras está desarrollando su trabajo. Pero aquí, en esta comunidad, según lamentaba la portavoz en Málaga del colectivo, no es así. ¿Por qué? Eso quisieran saber ellos, decía.