Se sienten solos, olvidados, desamparados y mil cosas más. En su momento fueron considerados héroes y ahora son los auténticos olvidados. Remarcan que, como viene siendo habitual, si la campaña va mal el resto de sectores en Motril lo nota porque no hay "alegría" de consumir.
No van a parar hasta que no se les tenga en cuenta de una vez por todas. Y más ahora con la puntilla del viento que, además de invernaderos, se está llevando por delante la salud personal de muchos de los agricultores y es de entender.
Subirse a arreglar un invernadero con rachas de más de 90 kms/hora no es plato de buen gusto, nunca mejor dicho, y quieren ser oídos por todas las Administraciones que ahora les olvidan.
Muy ilustrativa la entrevista con Nuria.