Según el estudio realizado por la Fundación, "Coches seguros para todos. Análisis de la accidentalidad bajo la perspectiva de género", Las conductoras tienen un 17% más de riesgo de morir y el doble de probabilidades de sufrir una lesión cerebral grave que los hombres. Además, también tienen casi un 50% más de posibilidades de tener una fractura craneal. Al no llegar bien a los pedales, muchas mujeres se ven obligadas a acercarse demasiado al volante, lo que incrementa notablemente la probabilidad de sufrir lesiones graves en el tórax, la cara y el cuello cuando se activa el airbag.
El diseño del cinturón de seguridad favorece el efecto “submarining” en las conductoras, un deslizamiento en el asiento que puede provocar importantes lesiones internas por la presión de la banda inferior sobre el vientre. Además, el cinturón no tiene en cuenta el pecho femenino ni protege adecuadamente los hombros de la mujer.
Tradicionalmente, el cuerpo femenino no se ha tenido en cuenta en los crash test, ya que los dummies más usados en estas pruebas han sido dos prototipos masculinos de percentil 50 y 95 y uno femenino de percentil 5 que es una mera adaptación del cuerpo del hombre.
Las posibles razones: hay más conductores hombres, conducen más, son los que, generalmente, toman la decisión de compra del coche y tienen peores índices de accidentalidad. De hecho, en la última década, el 90% de los fallecidos en accidente de tráfico en España y el 85% de los heridos graves eran hombres.
En el caso de Andalucía, el 74% de los conductores afirma que estos prejuicios siguen existiendo, un dato por debajo de la media nacional. Aunque el porcentaje de conductores masculinos que reconoce haber insultado a otro conductor aludiendo a su género es ligeramente más alto que la media nacional, 20% vs 19%.
Las conductoras achacan la mayor accidentalidad de los hombres a que, por lo general, “corren más e incumplen más las normas” (34%), mientras que los hombres creen que la causa es que “hacen muchos más kilómetros” (26%), una circunstancia que suelen hacer “por costumbre” (55%). En cualquier caso, persisten algunas actitudes entre ellos, ya que 1 de cada 5 automovilistas hombres reconoce haber insultado a una conductora aludiendo a su género.