Durante la celebración en sí de las distintas fiestas, se inspeccionaron 15 actividades, con el resultado de seis precintos y desalojos, sobre todo por superar el aforo permitido o no tener licencia obligatoria, que sumaron más de 4.000 personas entre los distintos establecimientos hosteleros, y se levantaron diez actas de denuncias por distintos motivos, sobre todo por molestias por ruidos.
En esta labor inspectora ha sido fundamental la monitorización de las redes sociales y anuncios de todo tipo sobre la organización de fiestas. La documentación sobre la titularidad del local y el responsable final de la fiesta, los permisos administrativos necesarios, los aforos máximos permitidos, la legalidad de las bebidas alcohólicas o las condiciones de seguridad del local han sido las cuestiones principales analizadas.