El 21 de abril de 1992 arrancó este primer servicio de Renfe de alta velocidad en España, que transcurría a lo largo de 470,5 kilómetros y que tuvo un coste de 3.250 millones de euros. Se puso en marcha coincidiendo con la celebración de la Exposición Universal Expo 92 en la capital andaluza, con paradas también en Ciudad Real, Puertollano y Córdoba.
Ese año, más de 1,17 millones de viajeros utilizaron esta línea, con una media mensual de 164.000 viajeros. Posteriormente, sobre esta línea se han ido construyendo otras que unen con la capital española con Málaga, Granada, Cádiz, Huelva, Algeciras, Antequera o Puente Genil, siendo utilizadas en su conjunto por más de 113 millones de viajeros.
Una primera flota de 18 trenes de Renfe que circulaban a 300 kilómetros por hora comenzó a operar ese día y ahora son 229 unidades de Renfe las que recorren 39 ciudades conectadas por alta velocidad en España, lo que supone que más del 70% de la población española. Además, con la liberalización ferroviaria, nuevos operadores como Ouigo y Iryo ya están operando en la red o lo harán a lo largo de este año.
Desde su apertura, Adif, el gestor público de la infraestructura ferroviaria, ha ido construyendo nuevas líneas, hasta el punto de convertir a España en el segundo país del mundo, solo por detrás de China, con la red de alta velocidad más extensa, lo que ha requerido más de 57.000 millones de euros de inversión pública.
Además, los cuatro nuevos desarrollos sobre los que Adif realiza ya pruebas en estos momentos elevarán a 4.000 los kilómetros con características de alta velocidad ferroviaria en España en 2022. No obstante, Adif tiene una cartera de proyectos en ejecución de 11.500 millones de euros y un presupuesto de 12.000 millones hasta 2025, con el que seguirá impulsando nuevas conexiones aún pendientes, como la del Corredor Mediterráneo, y renovando y manteniendo las actuales.
Tras haber alcanzado otro hito histórico el pasado mes de diciembre, con la conexión de alta velocidad a Galicia, Adif está ultimando otra revolución en la red que permitirá conectar el norte y sur del país sin necesidad de cambiar de tren en Madrid, por medio del túnel entre Atocha y Chamartín, que ha contado con una inversión de 338 millones de euros.