Estas redes, con una luz de malla de entre 5 y 8mm de luz, estaban siendo usadas sin ningún tipo de autorización, en una zona sensible con una "férrea protección medioambiental" como es la Zona Especial de Conservación Bajo Guadalquivir, son consideradas como "métodos masivos y no selectivos y por tanto completamente ilegales".
De las actuaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil, se concluye que se ha incurrido en un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente, por lo que han sido investigados como supuestos autores a los cinco pescadores que mantenían las redes caladas en sus correspondientes artefactos flotantes.
Asimismo, la Guardia Civil señala que se detectaron una pluralidad de delitos y faltas en el ámbito administrativo por la inobservancia generalizada de preceptos legales insertos en las diferentes leyes sobre la navegación, sobre el medio ambiente y la pesca continental.