Mendilibar no quiere tildar de final ninguno de los partidos que quedan, porque "todos valen tres puntos. Son partidos importantes, pero no son clave. Desde luego ganar nos daría confianza". El rival, el Cádiz, no pierde en su estadio desde septiembre. Para el entrenador vasco eso significa que "están más cerca de perder. Espero que seamos nosotros los que rompamos esa racha y ganemos allí. Es un equipo difícil, competitivo, al que es complicado crearles peligro. Y aprovechan muy bien las pocas ocasiones que tienen. El secreto estará en que creamos que lo podemos hacer". Resume su filosofía de juego en esta explicación: "La idea es jugar más sencillo, punto. Si juegas más sencillo será más difícil cometer errores, si te complicas en un pase corto empieza la incertidumbre, yo trato de inculcarles que jueguen fácil y que no cometan errores en sitios comprometidos para nosotros, ya que puede que haya gente que no defienda y el nerviosismo no es de uno solo, sino del grupo entero. Todos tienen condiciones para jugar de esta forma también, les exigiremos para que tengan un poco de todo, hay momentos en los que puedes combinar y hay otros que tienes que jugar más largo y lejos de tu portería".
En cuanto a nombres propios, anunció que Bryan Gil y Pape Gueye han superado bien las molestias que les obligaron a abandonar la concentración de sus selecciones. Y con respecto al debate de la portería, subrayó que "a Dmitrovic lo conozco muy bien, pero también a Bono. Aunque no lo haya tenido como entrenador hemos competido contra él y ya ha demostrado lo buen portero que él. Lo veréis mañana, no lo voy a decir aún".