Cuando un entrenador empieza reconociendo que "tengo una sensación de alivio", es que quiere salir por la puerta cuanto antes. Quique explicó que "han sido cinco meses de mucha angustia", lo cual es normal, por haber estado tantas jornadas coqueteando con el descenso. Pero hay más. El hasta ahora mister del Sevilla sabe las apreturas que va a tener la entidad este verano y, además, ha terminado cansado tras la experiencia de haber dirigido ese vestuario. "He sufrido un desgaste innecesario. En una situación así se producen discrepancias con los jugadores. Yo les tenía que decir cosas duras. Les decía que el problema lo tenían ellos, no yo que acababa de llegar. Y ese tipo de cosas me han desgastado. A lo mejor en otra época el club habría estado totalmente convencido de que yo era el hombre para llevar el proyecto desde el minuto cero. He tenido un desgaste muy grande con este grupo y creía que no era yo el que tenía que continuar", declaró en sala de prensa.
Incluso llegó a desvelar ante las cámaras de DZAN que "la decisión la tenía tomada el día del Granada, pero creí que era demasiado pronto para anunciarlo". Quique Sánchez Flores tiene claro que se va "con la sensación del deber cumplido. He estado en un club muy grande y he sentido el cariño de la gente. Me quedo con la experiencia de saber que era difícil por todo lo que había alrededor de los jugadores y el vestuario, y se ha conseguido".