Recibió el dorsal de leyenda del Sevilla

Navas, a su afición: "Os voy a echar mucho de menos"

Muchas sonrisas, muchas lágrimas y palabras pronunciadas desde el corazón. Por parte de los que jugaron junto a él durante su carrera y de deportistas extrarodinarios como Gasol, Nadal o Alcaraz. Jesús Navas quiso agradecer a todos el cariño recibido, durante su vida profesional y en las dos horas y media que duró el bonito homenaje que organizó el Sevilla. "Os voy a echar mucho de menos", declaró en su discurso.

Carlos Hidalgo

Sevilla |

Sergio Ramos (i) abraza a Jesús Navas, junto a Rodrigo Hernández (d), durante el homenaje al de Los Palacios, leyenda del fútbol español que el 22 de diciembre puso fin, con 39 años, a su exitosa carrera tras disputar 989 partidos como profesional en los que ganó un Mundial, dos Eurocopas y una Liga de Naciones con la selección, además de ocho títulos con el Sevilla y tres con el Manchester City, este lunes en el estadio Sánchez Pizjuán de la capital hispalense
Sergio Ramos (i) abraza a Jesús Navas, junto a Rodrigo Hernández (d), durante el homenaje al de Los Palacios, leyenda del fútbol español que el 22 de diciembre puso fin, con 39 años, a su exitosa carrera tras disputar 989 partidos como profesional en los que ganó un Mundial, dos Eurocopas y una Liga de Naciones con la selección, además de ocho títulos con el Sevilla y tres con el Manchester City, este lunes en el estadio Sánchez Pizjuán de la capital hispalense | EFE/Julio Muñoz

Discurso que tuvo que interrumpir en varias ocasiones por las lágrimas y que comenzó destacando que acaba de cerrar "una vida jugando al fútbol, disfrutando de la pelota. Levantarte, ir a entrenar, compartir horas en la caseta del vestuario, disfrutar en el césped, tocar el balón, viajar, partidos… así hasta 705 con mi Sevilla; 39 más con el Sevilla Atlético, cuyo honor tengo de que se juegue en el estadio que lleva mi nombre; 183 encuentros en mis cuatro años en todas las competiciones con el Manchester City; y 61 con mi selección de España repartidos en 56 con la absoluta y 5 con la sub-21. Afortunado en levantar trofeos, allí donde he jugado he compartido junto a mis compañeros los títulos, pero en nada me han modificado el comportamiento. Porque sigo siendo un tipo sencillo… y de mi Sevilla FC.

La verdad es que el nuevo día me va a resultar complicado. Por eso, quiero empezar por agradecer el ojo de Pablo Blanco, quien me reclamó para estrenarme vestido de sevillista con 15 años. Y aunque os parezca mentira, el camino no se me ha hecho largo. Al revés. Hasta se me ha quedado corto, creéroslo. Para mí, jugar al fútbol es lo máximo, disfruto con ello y por eso he llegado hasta los 39. Vivo para dar alegrías a mi Sevilla y a los seguidores españoles. Y si no hubiera sido por la cadera habría continuado, dadlo por seguro. Por eso, me resultaba muy difícil decir: esto se acaba aquí. Pero no es algo nuevo, acumulaba cuatro años con esta dolencia y, honestamente, ya no podía más.

Antes, cuando recapitulaba los partidos disputados, no contaba los innumerables de mi formación, aquellos a los que acudía acompañado de mi abuelo Antonio, quien también me llevaba a los entrenamientos. Son instantes donde me vienen a la memoria recuerdos inolvidables con mis padres, Paco y Aurora. Gracias mamá, gracias papá. Solo espero haber estado a vuestra altura para devolveros el amor con que me habéis tratado toda la vida. Confío en que estéis orgullosos de vuestros cinco hijos, -Paco, Marco (gracias hermano por tu ayuda en el camino que recorrimos juntos), Jesús, José Mari y Javi- y que os haga felices mi comportamiento y mi compromiso con la familia. Esos valores que me enseñasteis, no cambiar y ser el mismo desde el primer día, son los mismos que ahora transmito a mis hijos.

Después llegó a mi vida la persona que me aporta equilibrio y moderación, mi amor. Quiero agradecer a Alejandra que nunca me dejó solo, aún en los peores momentos. En la dificultad he contado con ella, me ha ayudado, me ha comprendido y me ha aguantado por cómo yo vivo el fútbol. Ha soportado mis malas caras, mis cambios de humor y la soledad. Cuando perdemos, soy de los que no quiero ver a nadie. No es fácil convivir en esos ratos y Alejandra, me has demostrado que me entiendes como nadie en este mundo. Gracias por tu paciencia y gracias por amarme tanto. Ale, contigo hemos formado una familia con Jesús y con Romeo, mis dos pequeños, mis dos joyas, la razón de mi vida. Junto a vuestra madre, os inculcamos los valores con los que nosotros crecimos. Pasión, respeto y humildad no faltan en vuestra educación. Y además, sois sevillistas, que eso también suma.

Para mí estos seis meses han sido un regalo sabiendo los problemas que he soportado. Llevo varios años sufriendo dificultades en la cadera, pero en estos últimas semanas la dolencia se ha agravado, ha ido a más. Volver a entrenar y a jugar ha sido algo muy costoso, pero muy emotivo a la vez. ¿Por qué dejarlo en diciembre? Lo que quería era acompañar en este tramo a mis compañeros. Venimos de dos años muy difíciles y buscaba estar con el equipo, ser protagonista en esta transición para ayudar a los más jóvenes y trasmitirles mi experiencia de cómo entiendo lo grande que es el Sevilla FC.

Desde el primero, Joaquín Caparrós, que fue quien me dio la oportunidad de cumplir el sueño de debutar en el primer equipo, he trabajado con muchos entrenadores y de todos he aprendido. El estreno resultó en Montjuïc ante el Espanyol, entré por Paco Gallardo, y a raíz de ese momento hemos conseguido muchas cosas. Quizá la primera Europa League, después de tantos años, puede ser la más especial por darle esa alegría a la afición... Pero todos los títulos son maravillosos.

No me olvido de los momentos personales, muy duros, que he tenido que superar, de las dolorosas pérdidas de Jose Reyes y de Antonio Puerta. Decidí vestirme con el dorsal de Puerta porque mi deseo ha sido darlo todo por él en cada partido. Y eso es lo que tiene que ser, dar alegrías a la afición en su memoria y en el recuerdo de dos sevillistas que nos dejaron demasiado pronto y demasiado jóvenes.

Mi aventura en Manchester fue muy satisfactoria. La ayuda, entre otros, del míster, de Manuel Pellegrini, nos permitió ganar y disfrutar lejos de casa. Soy de un solo club, pero debo dividir mi currículum en dos equipos. En el City fui feliz y maduré como jugador y como persona. Estaré enormemente agradecido a su gente y a sus aficionados por todo el cariño que me dispensaron.

Sudáfrica 2010, aquella tarde en el Soccer City de Johannesburgo, quedará grabada en la memoria de todos los españoles. Participar en la jugada del gol es ponerle la guinda a una hazaña histórica para nuestro fútbol. No me olvido de Kiev, otro recuerdo inolvidable. Sin embargo, esta última etapa con la Selección de Luis de la Fuente me ha llenado de muchísima alegría. Ha sido un tiempo de entrega y de sacrifico hasta el final, obteniendo una feliz recompensa. Por eso, ha merecido mucho la pena defender la camiseta de mi país. La ilusión de siempre estar ahí me conduce a revivir grandes satisfacciones. Han sido unos años increíbles, donde hemos recuperado para España el entusiasmo por la Roja. Los recuerdos permanecen intactos y nos queda el orgullo de haber hecho feliz a tanta gente.

Termino dando las gracias a todos los empleados del club, a todos aquellos que llevan trabajando sin descanso desde hace meses para dar recorrido y organizar lo que hoy termina. Gracias, muchas gracias a todos. Dejo para el final al más importante, a ti, sí a ti, al sevillista que se viste cada día con la pasión, con la emoción y con la energía de vivir con la gloria de compartir este sentimiento. Porque nadie es más grande que vosotros. Nadie siente como sentís vosotros. Nadie ama a esta familia roja y blanca como la amáis vosotros. Nadie percibe más el orgullo del fútbol de esta ciudad que vosotros. Nadie mejor que vosotros para guiarnos en el camino del éxito.

Dicen que nunca nos rendimos, por eso mi mayor deseo es que el equipo mantenga el legado que he intentado dar cada día, que no es otro que darlo todo en el campo, hasta el último suspiro… Que estos jugadores y los que vengan hagan lo mismo para que vosotros los llevéis en volandas. Compañeros, esforzaros y no rendiros, dignificar esta camiseta y este escudo. Siempre en mi corazón porque nunca lo olvidéis: sevillista seré hasta la muerte. Os echaré mucho de menos. Vamos mi Sevilla".