Quique aclaró que "sin que sirva de excusa, la falta es clarísima. Es un empujón con las dos manos a Kike. El árbitro que ni siquiera ha ido al VAR. Eso hay que consultarlo. Es falta. Se lo he dicho a Isidro (Díaz de Mera), que es un buen árbitro y valiente, que se pueden anular dos goles fuera de casa de forma consecutiva, no pasa nada". Pero lo cierto es que, con falta o sin ella, el Sevilla había comprado muchas papeletas para perder. Mucho tiempo metido atrás, perdiendo duelos con los jugadores del Villarreal... El propio entrenador sevillista reconocía que "los niveles de intensidad no han sido los adecuados. Las cuatro primeras ocasiones que hemos recibido en los primeros minutos ya marcan la intención de unos y otros. Han salido más atentos, rápidos e intuitivos, nos ha costado meternos en el partido. Nos ha faltado intención y llegada a la pelota en muchas jugadas antes que ellos. Claramente, en los duelos eran ganadores ellos y la recuperación de pelota era suya. Hemos competido, nos vamos con la amargura de haber perdido la ventaja en los últimos, minutos. Los goles han llegado cuando teníamos más tranquilidad. Fue un partido intenso ante un buen rival. Lamentamos no sumar, pero el equipo compitió", apuntó el preparador del equipo nervionense.