La Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla ha condenado a seis años, siete meses y 16 días de cárcel a la mujer juzgada el pasado mes de junio, acusada de delitos de prostitución y de maltrato en el ámbito familiar sobre su propia hija menor de edad, considerando probado que la inculpada "impuso a su hija la obligación de mantener relaciones sexuales con hombres a cambio de dinero, actividad ésta a la que aquella también se dedicaba"; para sufragar los gastos del hogar y la "adicción" a las drogas que ambas sufrían.
En concreto, en una sentencia emitida el pasado 11 de julio y recogida por Europa Press, la Sección Tercera de la Audiencia declara probado que tanto la acusada, identificada como Nuria M.H., como su hija entonces menor de edad, "sufrían una importante adicción a las drogas" y "como quiera que en la vivienda no entraban ingresos, aproximadamente en el mes de junio de 2018, Nuria M.H., valiéndose de su condición de progenitora, impuso a su hija como obligación que debía mantener relaciones sexuales con hombres a cambio de dinero, actividad ésta a la que aquella también se dedicaba".
La sentencia también considera acreditado que Nuria M.H. era "la encargada principal" de la gestión de dicha actividad de prostitución y "las cantidades que ambas percibían por la citada actividad eran administradas por Nuria, que las destinaba a los gastos propios del hogar familiar, así como a mantener su adicción y la de su hija a las sustancias estupefacientes".
En paralelo, considera probado que cuando la entonces menor manifestaba a su madre "que no quería realizar tales actividades sexuales, ésta, lejos de atender a dichas quejas, le amedrentaba diciéndole que hacía falta dinero en la familia, a la vez que le increpaba con expresiones tales como 'mala hija, te odio, eres el cáncer de mi vida, te voy a matar' y otras".
En ese marco, la sentencia declara probado, con relación al segundo acusado, José Antonio T.L., que el mismo "contrató los servicios sexuales" de la menor "a cambio de dinero, siendo consciente de que la misma en aquella época era menor de edad", además de que "siendo conocedor de la adicción que sufría, se ganó su confianza y comenzó una relación sentimental con ella".
La sentencia incluye que el 27 de octubre de 2018, Nuria M.H. telefoneó a su hija avisando de que "tenía una cita concertada con un cliente", suscitándose una discusión entre ambas cuando la chica se negó a atender dicha cita. Cuando la menor regresó al hogar, según el relato de hechos probados, "se reactivó la discusión y en el curso de la disputa, Nuria, con ánimo de menoscabar la integridad física de su hija, le agredió dándole varios guantazos, agarrándola por el cuello y arrastrándola por la escalera".
Finalmente, la Sección Tercera impone a Nuria M.H. cinco años de libertad vigilada una vez haya cumplido las penas de cárcel ya mencionadas.
En cuanto a José Antonio T.L., el tribunal le condena a dos años de prisión por un delito de prostitución, así como a un año de prohibición de acercarse a la víctima o comunicarse con ella y a un año de libertad vigilada pospenitenciaria.
Por último, ambos son condenados a indemnizar conjuntamente a la que fuera menor de edad víctima de los hechos con 5.000 euros, siendo absueltos del delito de abusos sexuales continuados que también se les atribuía.