El detenido, fingía dedicarse a la abogacía para que las víctimas contratasen sus servicios por los que pagaban unas cantidades cercanas a los 2mil euros por unos trámites que nunca llegaron a realizarse.
Además, había robado un coche de alquiler con el que se desplazaba para quedar con sus víctimas.
A todo esto, hay que añadir que además se iba sin pagar de las gasolineras diciendo que tenía prisa porque llegaba tarde a un juicio prometiendo a los trabajadores que volvería más tarde a pagar la gasolina repostada, algo que nunca llegaba a hacer.
Ya ha ingresado en la cárcel.