La enfermedad de Newcastle es una infección vírica relativamente frecuente en la cabaña avícola y extendida por todo el mundo. Afecta exclusivamente a aves y se transmite fundamentalmente por contacto entre animales infectados. No supone ningún riesgo para el ser humano desde el punto de vista de la seguridad alimentaria. La encuesta epidemiológica realizada en la explotación indica que todas las aves se introdujeron en la granja para su engorde a principios de mayo, habiéndose producido desde entonces únicamente movimientos a matadero.
Además, se está sacrificando a todo el censo de las explotaciones afectadas y se está llevando a cabo la destrucción, en una planta de tratamiento autorizada, de los cadáveres, pienso y otros materias que puedan facilitar la propagación del virus. Asimismo, se ha establecido una zona de restricción que comprende dos áreas: una de protección de un radio de tres kilómetros desde el lugar del foco y una de vigilancia con un radio de diez kilómetros desde el lugar del foco.
Desde la Dirección General de Producción Agrícola y Ganadera de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible se recomiendan las medidas de profilaxis sanitaria, en particular el empleo de vacunas, así como el refuerzo de las medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas, especialmente aquellas medidas destinadas a evitar el contacto con aves silvestres.