En España, según Estadística, la subida interanual del IPC hasta el 9,8% se debe al repunte de los precios de la electricidad y del gasóleo para calefacción; al incremento de los precios de los carburantes para vehículos personales; al aumento de los precios de la restauración y los servicios de alojamiento, y al encarecimiento "generalizado" de los alimentos, especialmente del pescado y el marisco, de la carne, de las legumbres y hortalizas, y de la leche, el queso y los huevos.
Sin tener en cuenta la rebaja del impuesto especial sobre la electricidad y las variaciones sobre otros impuestos, el IPC interanual alcanzó en marzo el 10,7%, nueve décimas más que la tasa general del 9,8%. Así lo refleja el IPC a impuestos constantes que el INE también publica en el marco de esta estadística.
La inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumentó en marzo cuatro décimas, hasta el 3,4%, su valor más alto desde septiembre de 2008. De este modo, la subyacente se sitúa más de seis puntos por debajo de la tasa del IPC general.
En tasa mensual, el IPC registró en marzo un incremento del 3% respecto a febrero, su mayor alza mensual en cualquier mes desde 2002, cuando se cambió la metodología de esta estadística para recoger mejor la evolución del mercado. Echando la vista más atrás, tomando series anteriores, el repunte mensual de marzo es el más elevado desde agosto de 1977.
En el tercer mes de 2022, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) situó su tasa interanual en el 9,8%, más de dos puntos por encima de la de febrero. Por su parte, el indicador adelantado del IPCA avanzó un 3,9% en tasa mensual.