Carlos Díaz, de Viajar por Aragón, nos lleva a conocer los ibones del Pirineo aragonés. De hecho, la palabra ibón es aragonesa y se utiliza para designar a un lago de alta montaña, se encuentran entre los 2.000 y 3.000 metros de altitud, que se ha formado por el agua del deshielo de los glaciales.
En Aragón hay 197 y para acceder a ellos hay diferentes niveles de accesibilidad, Carlos nos cuenta cómo a algunos se llega en coche como el de los Baños de Panticosa o el de Llauset en Montanuy. A otros se llega en tren turístico como al de Las Paúles o Tramacastilla o con remontes de esquí como el de Astún o el de Asnos. Estos son los más accesibles, pero hay otros que son más complicados y para los que se requiere más experiencia.
Carlos explica que desde el Turismo de Aragón inventaron el verbo “ibonear” porque son muchas las personas que deciden hacer rutas entre ibones o a quienes les gusta descubrirlos. Pero, ante todo, una vez que se llega al ibón es importante tener en cuenta algunas recomendaciones, como no bañarse en estos lagos ya que se trata de ecosistemas muy frágiles.