Hay lugares en el mundo que dejan sin palabras. Los monasterios en la localidad griega de Meteora son un ejemplo. Así ha sido también para Luis Tobajas quien se quedó en silencio sin saber qué decir cuando se encontró en lo alto de esta zona que forma parte del interior de Grecia. Se encuentra en la península del Peloponeso, a cinco horas al norte de Atenas. Un lugar, como indica Tobajas, construido para acercarse a la divinidad.
Pero, ¿qué es Meteora? Se trata de una serie de pilares de piedra, unos pináculos gigantescos en los que, en su cima, se construyeron monasterios. En un origen, en el siglo XV, se construyeron 24, pero debido a guerras e inclemencias del tiempo se fueron destruyendo hasta que en la actualidad sólo se conservan 6 en pie.
Luis Tobajas relata que los primeros monjes que llegaron a Meteora lo hicieron porque se trataba del lugar más elevado, por lo que les permitía estar muy cerca del cielo. Se trataba un lugar de retiro espiritual al que acudían no sólo monjes sino también filósofos. En esos primeros siglos no existían los actuales monasterios, sino que se alojaban en el interior de unas cuevas en la roca de la montaña.
Las construcciones comenzaron a realizarse a finales del siglo XIV y principios del siglo XV y lo hicieron como lugar donde refugiarse tras la huida de los bizantinos. Los monjes griegos ortodoxos buscaban un lugar donde refugiarse, cuando más alejado y más alto, mejor para no ser descubiertos.
Varios monasterios
Son seis los monasterios que todavía quedan en pie:
- Monasterio de San Nicolás
- Monasterio de San Esteban
- Monasterio de la Santísima Trinidad
- Monasterio del Gran Meteoro o de la Transfiguración.
- Monasterio de Roussanou
- Monasterio Varlaam
De todos ellos, Luis Tobajas nos lleva en su Desafío Viajero al de Varlaam, es el más grande y se realizó una réplica para la serie Juego de Tronos en la que Tyron Lanninster está en una cárcel-cueva que daba a un precipicio, era el “nido de águilas”.
En otro de los monasterios se puede ver una pintura que muestra la tumba de Alejandro Magno abierta y con pistas que dan a entender dónde puede estar realmente su enterramiento hoy en día. Un misterio para otro Desafío Viajero.
Pero si hay algo que llama la atención es saber cómo subían los monjes hasta los monasterios. Actualmente hay un sistema de rampas que conduce a cada uno de los enclaves, pero en sus orígenes, había unas cuerdas atadas a unas cestas que subían en una suerte de poleas. También había otras opciones como una especie de escalera hecha con sogas, pero no había mantenimiento, así que cuando se rompían, los monjes caían al vacío.