En la comarca Ribera Alta de Ebro nos encontramos con Remolinos. Es una localidad que a muchos le sonará porque está de paso desde Zaragoza hasta Tauste, la entrada de la comarca de las Cinco Villas. Carlos Díaz se detiene en este municipio para descubrirnos el encanto desconocido que tiene, desde su patrimonio industrial hasta natural en torno al Ebro.
Carlos nos cuenta cómo Remolinos cuenta con un dance propio del que hay referencias desde mediados del siglo XIX y se realiza en las dos fiestas de la localidad, en junio en honor de San Antonio de Padua y en septiembre por el Santo Cristo de la Cueva. También destacan las pechinas de la iglesia, pintadas por Francisco de Goya.
Pero sin duda, las minas de sal han sido el hilo conductor de Remolinos ya desde época romana. Hoy en día se puede realizar una ruta senderista que parte desde las piscinas y que nos lleva a la entrada de distintas minas (la Real, la del gallo, la de los papeles o la de los murciélagos). Una ruta que puede ser circular o de ida y vuelta, y un aviso: no hay mucha sombra, así que hay que ir preparado.