El país de los faraones es uno de los lugares del mundo con más misterios. Uno de ellos lo descubre Luis Tobajas en su #DesafíoViajero, se trata del Serapeum, en Saqqara. Tiene como protagonista a Auguste Mariette, que llegó a Egipto por orden de Francia para comprar pairos y documentos antiguos, pero se quedó tan prendado del país y de sus tesoros que decidió destinar el dinero que le habían dado para la compra, a realizar excavaciones y dejar en Egipto todo lo que encontrara.
Luis Tobajas nos cuenta cómo tuvo un sueño en el que vio que cerca de la zona de Zoser había un lugar en el que encontraría esfinges enterradas. Fue a ese punto y encontró 134. Continuó con la excavación y tras la detonación de cargas de dinamita, se hizo un enorme hueco, descendió por el unos 12 metros y encontró una estancia laberíntica con 24 oquedades, en cada una de ellas había un sarcófago de gran tamaño.
En un primer momento se dice que podía ser un sarcófago de gigantes porque medía 4 metros de largo, por 2 metros de ancho, 2,80 de alto y tenía un grosor de 45 centímetros en una sola pieza. Al misterio del tamaño se unía el cómo se habían construido y para qué servían porque como cuenta Tobajas, estaban las tapas movidas y su interior vacío.
La arqueología oficial dice que estos sarcófagos podían ser para bueyes que representaban al dios Apis, como si fuera un cementerio de dioses. Lo curioso es que un años después, descubren que bajo esa galería hay otra y ahí encuentran dos sarcófagos y una momia. En uno de los sarcófagos había como una momia con forma de buey que al desvendarla ven que se trata de un muñeco.
El segundo de los sarcófagos tenían también otra momia que se creía pertenecía a uno de los hijos de Ramses II que era sacerdote, pero al desvendarlo, ven que es otro muñeco. Ahí el misterio del Serapeum de Saqqara