El Ayuntamiento regulará la actividad de las “cocinas fantasma”, locales donde se elabora comida solo para reparto a domicilio, para evitar problemas por ruidos, olores o conflictos con la hostelería tradicional. Deberán estar en locales de planta baja de 100 metros y tener acceso directo a la calle. Los establecimientos ya instalados en Zaragoza tendrán un año para adaptarse a esta normativa.
Así lo explicó ayer el consejero de Urbanismo, Víctor Serrano, que, en el plano político, también descarta presentarse a las primarias para encabezar las listas de Ciudadanos al Ayuntamiento, y medita además seguir o no en política.