Una vez baje el nivel del agua, los agricultores y ganaderos afectados por la crecida del Ebro podrán empezar a evaluar los daños. De momento, Agroseguro ya ha recibido las reclamaciones correspondientes a 400 hectáreas. Desde la compañía lanzan un mensaje de tranquilidad, y recuerdan que las consecuencias de las inundaciones, en los cultivos y el ganado, se cubren con los seguros, en un porcentaje que depende de las pólizas contratadas.
La crecida se ha producido en otoño, no en primavera, y esto afectará negativamente al cereal, ya que las cosechas no están suficientemente crecidas como para ser subvencionables. Sin embargo, el delegado territorial de Agroseguro, Juan Cruzán, insiste en que se harán los peritajes oportunos para comprobar la siembra.
La crecida inusual en diciembre ha tenido otra consecuencia negativa. Hasta el día 20 no finalizaba el plazo para contratar seguros y muchos productores van a quedar sin cobertura, por haber apurado los plazos.
El Gobierno de Aragón llegará donde no llegue Agroseguro
Desde el Gobierno aragonés insisten en que allí donde no lleguen los seguros, llegará el ejecutivo, aunque el consejero de Agricultura, Joaquín Olona, no ha ofrecido todavía más detalles de esa línea de ayudas, a la espera también del contenido de la declaración de Zona Catastrófica.
Olona recuerda que para bajar el caudal ha sido necesario por ejemplo romper motas, por lo que no cabe otra opción que compensar las afecciones de esas decisiones.
Batalla de cifras sobre la superficie dañada
Además, insiste en que las hectáreas afectadas por la crecida han sido 12.000, no 20.000 como aseguran algunas organizaciones agrarias, ya que no toda la zona inundada estaba dedicada a cultivos.
Para reducir los daños en episodio de crecida, el consejero de Agricultura, apuesta por seguir impulsando la limpieza del río o la posible compra de terrenos inundables a los propietarios que voluntariamente los pongan a disposición de la administración.