La punta de la crecida del Ebro a su paso por la capital aragonesa va a ser más leve de lo esperado. La Confederación Hidrográfica del Ebro ha rebajado sus previsiones. El caudal, posiblemente, no alcance los 2.400 metros cúbicos por segundo. Además, se mantendrá alto durante 36 horas, desde primera hora de la tarde de hoy y durante toda la jornada de mañana. Aun así, el acalde Jorge Azcón, insiste en pedir precaución y recalca que los dispositivos municipales están preparados para recibir el pico de la crecida.
Se sigue muy de cerca la situación en los núcleos de Alfocea y Movera y también del tercer cinturón. Ha quedado cortado el carril derecho de la Z-30 en Vadorrey, en sentido al Puente Giménez Abad. En Alfocea, la carretera está impracticable incluso para los vehículos todoterreno de emergencias.
Esta mañana el agua ha entrado ya en el patio del colegio Jerónimo Zurita, donde se han suspendido de momento las clases presenciales hasta el jueves. Azcón cree que han funcionado las medidas preventivas adoptadas, por ejemplo habilitar aparcamientos alternativos o el realojo de algunas familias en los barrios rurales.
La situación en varios puntos de la ciudad, y algunas imprudencias
Pese a que la zona estaba anegada, esta mañana dos personas han sido rescatadas en el camino de Monzalbarba. Intentaban ir en furgoneta hasta su torre, para coger pertenencias y a sus mascotas, hasta que debido al agua, el vehículo se ha parado. El jefe de Bomberos, Enrique Mur, pide a los zaragozanos, conscientes de lo que conllevan estas avenidas, que sean responsables y extremen las precauciones.
Los vecinos de Alfocea han sido los primeros en recibir el aumento de caudal del Ebro, que ha afectado a sus comunicaciones. La noche pasada, trabajaron hasta las 3 de la madrugada para reforzar la mota. En Vadorrey las filtraciones afectan a muchos garajes y hay dificultades para encontrar aparcamientos. El presidente de la Asociación de Vecinos, Javier López Barranco, reclama medidas que palien las consecuencias de estas avenidas.
En Movera ya el fin de semana se desalojaron varias urbanizaciones por precaución y no hay de momento gracias afecciones. La alcaldesa, Esperanza Calvano, destaca que pese a las crecidas, es un buen lugar para vivir.
Además, este mediodía se han desalojado diez casas, la mayoría segundas residencias, en la urbanización de La Mejana, en el entorno de Torre Urzáiz.
El agua entra en el Aura, pero no tiene que cerrar sus puertas
La crecida extraordinaria del Ebro ya afecta a un establecimiento señero en la margen izquierda, el restaurante Aura. El agua ha entrado en el nivel inferior del jardín, que se sitúa a la altura del aparcamiento de Helios. Sin embargo, esto no afecta a la actividad del establecimiento, que sigue abierto a los clientes con normalidad.
El propietario de Aura, Iván Acedo, recuerda que hace diez años el edificio fue diseñado pensando en posibles avenidas extraordinarias, y en 2015, en apenas dos semanas, recuperó la normalidad tras la riada. Desde que conocieron el fin de semana la punta en Castejón, se pusieron a trabajar para minimizar las afecciones de la crecida.
