A lo largo de la mañana llegará la punta de la crecida del Ebro a la capital aragonesa, pero al tratarse de una avenida ordinaria, no se prevén afecciones importantes. El nivel del río se acerca a los cinco metros, y en la Ribera Alta, baja el caudal tras anegar cientos de hectáreas de cultivos.
Desde ASAFRE reivindican medidas de mayor calado para evitar que, con menor caudal, se produzcan más afecciones en terrenos agrícolas. Cultivos de alfalfa, trigo, cebada y hortalizas quedan anegados en estos episodios en los que el río se desborda de su cauce.