El Ayuntamiento dejará este ejercicio de estar tutelado financieramente por el Gobierno aragonés, gracias a que ha logrado reducir su deuda por debajo del 75%. La alcaldesa, Natalia Chueca, valora que las cuentas municipales no estaban tan saneadas desde 1986. La deuda se ha reducido en 258 millones de euros desde 2019 hasta situarla en 517 millones de euros. Paralelamente, las inversiones y la ejecución presupuestaria han aumentado.
Gracias al fin de la tutela, el consistorio podrá acceder a financiación más asequible y de forma más rápida. Chueca detalla que, en adelante, el endeudamiento que se produzca será para inversiones, y no para pagar sentencias o facturas pendientes, como ocurría antes.