La Confederación del Ebro prevé que este mes, si sigue sin llover, la situación excepcional por sequía declarada ya en el río Segre se extrapole a otros sistemas de la cuenca, como en el Bajo Ebro. Esa declaración permitiría a los agricultores pedir ayudas, o a cada territorio, aplicar las restricciones que considere necesarias.
La situación es complicada porque en abril está lloviendo menos de lo previsto, y además, las reservas de nieve, en gran medida, se evaporaron por el calor al fundirse sin llegar a engordar los caudales de los ríos Aragón y Gállego.