Gobierno aragonés y Ayuntamiento de Zaragoza coinciden en la necesidad de construir un nuevo campo de fútbol en la ciudad. El estadio, que podría superar los 120 millones de euros, sería clave para el proyecto de la candidatura Olímpica de los Juegos de Invierno de 2030, ya que acogería la ceremonia de apertura o clausura y podría ser sede del Mundial de fútbol que se disputará ese mismo año.
El nuevo campo deberá contar con un aforo de entre 40.000 y 50.000 espectadores. Mientras tanto, la actual Romareda deberá acometer obras de reforma para que la selección española de fútbol pueda jugar en ese estadio en septiembre contra Suiza. La inversión rondaría entre los 300.000 y los dos millones de euros.