Afortunadamente, el derrumbe del edificio de cinco plantas en la calle San Francisco de Teruel no produjo víctimas. Pero las 21 familias desalojadas han perdido su hogar y todos sus recuerdos. Ayer unos 300 vecinos se concentraron frente el Ayuntamiento porque llevaban más de 15 días alertando sobre las filtraciones de agua en el interior de los garajes.
Se vivieron algunos momentos de tensión cuando la alcaldesa, Emma Buj, habló con los afectados. La edil insiste en que se está trabajando para dar respuesta a las necesidades de los vecinos y para averiguar las causas concretas de este colapso.