“El vals de la novia ausente” es la segunda entrega de las aventuras de Mercedes Ibor, conocida en el mundo del espectáculo como la Bella Ibor. Esta cantante de cuplés y mujer de armas tomar vuelve a los escenarios de la mano de Javier Vázquez, mientras que nos descubre escenarios que eran muy habituales y concurridos en la Zaragoza de principios del siglo XX.
Sus cafés, pastelerías, teatros e incluso fábricas son reflejados mientras que los personajes, algunos ya presentes en la primera entrega “Tango para una asesina”, viven diferentes aventuras. Su autor, Javier Vázquez, también hace referencia a esas dos ciudades que se reflejan en la novela. Por un lado, la ciudad de los palacios, las fiestas de compromiso y los encuentros sociales y, por otro lado, la Zaragoza del trabajador de las fábricas que pasan frío y penurias para vivir.
Vázquez indica que el comienzo del siglo fue una época de cambio para Zaragoza, de prosperidad para muchos, pero también de empezar a reivindicar derechos y de aspiraciones a mejorar en la vida. Mercedes Ibor representa a una mujer adelantada a su tiempo