Si hay un galardón referente en el mundo literario español, ése es el Premio Planeta. Toda una aspiración para miles de escritores, pero que pocos alcanzan. En este año, cuando se cumple la edición 75, han sido Paloma Sánchez-Garnica y Beatriz Serrano quienes han conseguido ser la ganadora y finalista con sus obras: “Victoria” y “Fuego en la garganta”.
Para Paloma Sánchez-Garnica es la segunda gira que realiza con los Premios Planeta, ahora como ganadora, y en 2021 como finalista con su novela “Últimos días en Berlín”. Para ella, ha supuesto llegar a lo alto de una cima. Es una de las cimas a conseguir a la que ha llegado tras un largo camino en el que ha ido escribiendo hasta construir todo lo que quiere trasmitir. “Ha sido un camino largo, con obstáculos, pero también fascinante y con grandes remontadas. Me siento como si estuviera ahora en una cima”, ha explicado la autora.
Sin embargo, para Beatriz Serrano, que ha llegado a ser finalista de los Premio Planeta con su segunda novela, es todavía como un sueño. Cuenta cómo “es como si hubiera llegado alguien y me hubiera tocado con una varita mágica y me concediera el deseo de dedicarme a escribir”, sobre todo teniendo en cuenta que una segunda novela “siempre da vértigo” porque no se sabe cómo va a ser recibida por los lectores.
Las historias que cuentan
“Victoria” es, para su autora, una historia de amor en la que los personajes van salvando, aunque se exponen a amenazas y les concierne la parte más vulnerable de cada uno. La trama sucede entre Berlín y Nueva York, precisamente Berlín es recurrente en las últimas novelas de Paloma Sánchez-Garnica, quien cuenta cómo cuando investiga y se documenta para novela, le van saltando las ideas y la curiosidad por una determinada época desde el punto de vista de las personas. Y Berlín tiene muchos rincones con muchas historias que contar.
Beatriz Serrano explica cómo “Fuego en la garganta” trata fundamentalmente dos temas, por un lado, qué sucede cuando no sabemos qué hacer con nuestros sentimientos, cuando nos sobrepasan y cómo no sabemos gestionar nuestras emociones hasta que estallan. Y, por otro lado, el peso que puede tener una herencia familiar construida en torno a silencios. Aunque hay otro punto que destaca Serrano, una historia de amistad que se construye con esas personas que, sin tener relación de sangre, se convierten en familia.