En el año 2013, el periodista y escritor Javier Sierra enseñó a lectores de prácticamente todo el mundo a ver el arte con otra mirada, fue a través de las enseñanzas de Luis Fovel en “El Maestro del Museo del Prado”. Una experiencia que el propio Sierra vivió en esta pinacoteca llevó al origen de este libro. En verano de ese mismo año, de 2013, comenzó una pequeña aventura gracias a la ayuda de sus hijos. Así surgió “El Plan Maestro”.
Javier Sierra nos invita a adentrarnos al arte más primitivo, comenzando con las pinturas rupestres y cómo éstas pueden ser una puerta a otros mundos. El escritor defiende que las paredes eran consideradas como membranas y que lo que se pintaba no dejaba de ser lo que había al otro lado, por lo que se utilizaban las diferentes formas que se generaban en las rocas para plasmar lo que se creía que había.
Otro de los aspectos que explica Sierra es cómo los niños pueden ver más allá de lo que hacen los adultos y esto tiene una explicación científica y es que a partir de los 7, 8 años, el cerebro comienza a sufrir cambios con los que se modifica “la forma de ver” determinados aspectos y señales que para un adulto suelen pasar desapercibidas. Puertas a otros mundos que se pueden descubrir en determinadas obras que se visitan a lo largo la novela.
En “El plan Maestro”, Javier Sierra no sólo nos cuenta su experiencia de viajar con sus hijos y su mujer por las cuevas en las que se conserva el arte rupestre en Cantabria, sino que también muestra reproducciones y obras maestras claves que ayudan y guían en la lectura de la novela. Un viaje que provoca al lector una mirada diferente de ver y entender el arte.
