Al hablar de la antigua Roma o del Imperio romano da la sensación de que se conoce todo, pero siempre hay mucho más que aprender. El escritor Juan Eslava Galán publica ahora “Historia de Roma contada para escépticos”, una obra con la que pretende dar datos y cuenta anécdotas para que el lector deduzca con toda la información que tiene cómo pudo ser aquella época que nos ha llegado muy condicionada por el cine.
Algunos de los ejemplos que pone Eslava Galán es lo que ocurría en el circo romano. Había juegos, pero no morían tantos gladiadores como se refleja en las películas ya que costaba mucho tiempo y dinero formar a un luchador. En ocasiones sucedía, pero en la mayoría de las ocasiones las luchas estaban amañadas para que hubiera lucha sin sangre. En el caso de que el césar decretara la muerte de alguno de ellos no se hacía con el pulgar hacia abajo sino pasándose el dedo por el cuello y diciendo “iugulare”.
En esta “Historia de Roma contada para escépticos”, Juan Eslava habla de los gladiadores, pero también de la vida social, la política, de las costumbres sexuales y de lugares como las termas. Todo ilustrado con cuadros, imágenes de objetos y mapas para trasladarnos a ese momento y entender mejor la sociedad más allá de los hechos históricos.
Todos somos romanos, el castellano es latín evolucionado y todavía tenemos vestigios como leyes y ciudades (un ejemplo es Zaragoza). Hay aspectos en los que se ha avanzado, pero en otros no tanto. Un ejemplo es la corrupción. Eslava Galán recalca que eran muy organizados, pero muy corruptos. Nunca se aprende del pasado y también hubo muchos avances en época romano.
En los avances que se produjeron en los mil años de Imperio, destacó la liberación de la mujer. De estar sometida y que el marido pudiera incluso matarla a ella o a sus hijos, a poder divorciarse en contra de la voluntad de su marido e incluso a tener más poder que algunos hombres.