Hay que situarse en un momento, 1895, y en un lugar, Cuba. La novela de Mayte Uceda, “El maestro de azúcar” nos lleva a descubrir dos realidades muy diferentes como eran las de la sociedad española y cómo se vivía a finales del siglo XIX y la de la Cuba colonial en las plantaciones de azúcar. Un contraste que, como explica Mayte Uceda, se descubre a través de los ojos de las dos protagonistas: Mar y Paulina.
Cada una tiene un bagaje personal muy diferente, mientras que Mar es hija y hermana de médicos, con una mente muy abierta y para la que la vida es algo que hay que proteger ante cualquier circunstancia, Paulina es una mujer muy joven que ha quedado viuda y que ve con resignación la nueva realidad que se encuentra cunado viaja de Colombres a Cuba.
El maestro de azúcar es también un personaje de la novela, era la persona que indicaba en qué momento el azúcar estaba en su punto para poder ser recogida. Y va a tener un papel fundamental en la trama. Una historia que lleva no sólo a ver las injusticias sociales que se llevaban a cabo en una sociedad esclavista en la que los españoles también jugaron su papel, sino también diferentes costumbres de distintas culturas que se daban cita en este momento histórico como indianos enriquecidos, emigrantes españoles, revolucionarios, criollos, mestizos, chinos y africanos de distintas etnias.