No cesan los problemas en el Real Zaragoza, ni los meramente deportivos o clasificatorios, ni tampoco los relacionados con inquilinos en la enfermería. La mejor baza con la que contaba Víctor Fernández para sostener al equipo arriba en la tabla era precisamente su dinamita en la delantera, clavo ardiendo que se ha desmoronado como castillo de naipes con las ausencias de Samed Bazdar y de Mario Soberón. El último, de nuevo varias semanas de baja.
Regresaba el ex ariete del Eldense como única nota positiva de la derrota en Ipurúa ante el Eibar. Fueron poco más de 20 minutos, pero los suficientes al menos como para creer que el Real Zaragoza con pólvora estaba más cerca de volver. Sin embargo, acabó el choque con molestias, lo que obligó a realizarle pruebas médicas que diagnosticaron que sufre una lesión muscular a nivel del recto anterior de su cuádriceps derecho. Lo que suele traducirse en otro largo periodo de ausencia.
Soberón, que anotaba 6 goles en el arranque liguero, se lesionaba allá por mitad de octubre en la victoria en Tenerife. Una microrrotura rezaba el parte médico del club, aunque sin embargo su periodo fuera de los terrenos de juego se ha alargado dos meses, un tiempo mucho mayor del que suelen precisar estas lesiones.
Víctor Fernández calificaba la noticia como "lamentable", consciente de que sólo le queda en liza Iván Azón, máximo goleador del equipo con seis dianas al igual que Soberón, y un Alberto Marí en quien poca confianza queda depositada.
