Carlos Sanz fue árbitro asistente y siempre ha contado con la solidaridad de la gente del deporte. En su último libro "No soy un robot", relata su trayectoria para hacer ver a los lectores que hay mucho más que lo que estamos viviendo y que es importante armarse de valor y tirar hacia adelante.
Carlos Sanz le ha contado a Rafael Feliz, que con motivo de la pandemia su marchó a su pueblo en el que habitan 50 personas, junto a su perro, para escribir este libro y centrarse en él. Desde ya mismo se puede adquirir el libro en la Fundación Carlos Sanz y un porcentaje muy alto de sus ventas va a ir destinado ayudar a las personas que necesitan un trasplante.