A pesar de los 31 años que han pasado, nadie olvida la victoria, ya que significó, un ante y un después para el deporte femenino en nuestra ciudad, de manera especial en el mundo de la canasta. de la mano de José Antonio Martín Espíldora, como máximo exponente del club, la entidad bancaria, Banco Zaragozano, aposto fuerte por el baloncesto femenino, dando un aire diferente, con varias jugadores de la casa, que ponían el esfuerzo y la entrega apoyadas por unas extranjeras de gran calidad, una holandesa y una joven argentina desconocida, que en Zaragoza se hizo una estrella, para posteriormente pasar por otros países.
Karina Rodríguez, fue la que encabezó la lista de grandes jugadoras de una muy buena plantilla, llena de lucha y batalla que les llevó a ganar por primera vez en la historia un título copero femenino, no para el deporte aragonés, se ganó de un solo punto a Masnou, que por aquel entonces, era el que destacaba por encima de todos. Las zaragozanas llegaron a Jerez con el título de victimas, ya que solamente los zaragozanos soñaban con la proeza, siempre hablando con la boca pequeña y más por fe, que por creencia. Las chicas no pensaron en la superioridad de las catalanas, solo pensaron en ganar desde el primer minuto.
Aquel equipo que lideró en la final Karina, con 48 puntos en su haber, también destacó por las de casa, con Nines, como capitana, con la pívot, Yolanda López, uno de los techos del baloncesto nacional, Yolanda Gil, y la que posteriormente llegase a ser la mejor jugadora de la historia aragonesa del baloncesto femenino, Pilar Valero. La diferencia de aquel gran equipo al de ahora, es que el actual, no tiene jugadoras de casa y si bien se pasará la historia si se consigue al final, también lo harán, por no tener ninguna jugadora criada en la tierra. Pero el deporte, no conoce de sentimientos.