Los tiempos en el Real Zaragoza, han cambiado desde la llegada de Fran Escribá, los tiempos de cada jugador están mejor marcados por el momento en el que se encuentran. Y uno de los jugadores que se encuentran en esta situación, es el canterano, Carlos Nieto, el cual ha estado tranquilamente entrenando cada día, para demostrar su valía. Comenzó jugando Gaby Fuentes, que Carcedo debería explicar, porque jugaba, y es que futbolísticamente, no demostró nunca, en ningún encuentro ser mejor que Nieto. La llegada de Escribá y después de valorar y ver, como era el juego del extranjero en los primeros encuentros que estuvo dirigiendo se dio cuenta que debía cambiar en esa posición y poner al de casa porque era más fiable, como se viene demostrando.
El sueño de todos los niños de Aragón, es llegar a jugar algún día en el Real Zaragoza, los padres que muchas veces mal aconsejan a los hijos, se creen que tienen a una figura y allí acuden. Es cierto que dada la situación del club estos años, se les ha puesto más fácil llegar a hacer realidad ese sueño, pero siempre con el beneplácito, de que tengas suerte, y no te llegue nadie en esa posición de fuera. Entonces se hace más difícil para el chaval de casa. El Sporting subió a Primera la última vez, tras estar diez años en Segunda, y la gente de Mareo, la gente de la casa es la que le llevó a Primera. El Zaragoza lleva el mismo ritmo, serán los de casa serán los que al final consigan el objetivo.
Carlos Nieto, protagonista en Onda Cero, es un claro ejemplo del buen trabajo, que se viene realizando en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza, un trabajo que vienen realizando Ramón Lozano y Angel Espinosa. Afortunadamente lejanos quedan los tiempos con los que con Chirri al frente de la fábrica del club zaragozano, no llegaba nadie al primer equipo. El gran trabajo en la dirección del equipo juvenil de Iván Martínez hizo que llegaran jugadores como Francés, Francho Serrano o Iván Azón. La meta de todos es volver a ver al Zaragoza en Primera y los de casa tienen mucho que ver en ello.
