Con el brazalete de capitán, algo que sucede de manera tradicional desde hace años, Jorge Pulido cumplía 250 partidos vistiendo la elástica de la camiseta oscense. Lo hacía en Málaga en la derrota de la Sociedad Deportiva Huesca por la mínima, por lo que no fue la efeméride más dulce, pero el número 14 oscense ha abierto hoy su corazón en su comparecencia ante los medios de comunicación.
Pulido ha admitido que “es muy complicado, ya no llegar a esta cifra, sino hacerlo en un mismo club”, por lo que espera “seguir sumando muchos más, hasta que el cuerpo aguante, e intentar dar lo mejor para que el club siga creciendo”. Y vaya si ha crecido desde su llegada, incluyendo un ascenso a la máxima categoría que recuerda como el mejor momento de su estancia en la capital altoaragonesa.
“Si a todo aficionado le preguntas, imagino que se queda con el partido del Lugo porque fue un antes y un después para el club, un ascenso a Primera División”, ha admitido, añadiendo que “ni los más optimistas podían creerlo y lo hicimos, fue un momento muy bonito que quedará en la memoria de todo el mundo”.
El defensor ha explicado cómo se produjo su fichaje. “Estaba en Bélgica, tenía contrato allí y me vino la propuesta del Huesca ofreciéndome los mismos años y cobrando la mitad”, ha comenzado. En este sentido, ha manifestado que “el dinero es importante por sustento familiar, pero no es lo que mueve, fue algo arriesgado” y que “fue una decisión que tenía que tomar” y le llevó a “estar en Primera, disfrutar del fútbol y conocer una ciudad increíble donde formar una familia y llamarla casa”.
Una decisión que califica como la mejor de su vida, donde ha vivido muy bonitos momentos, pero también duros. “No me refiero a bajar de Primera, porque es un momento duro, pero sí que ha habido convulsos, muy complicados, donde quizás ha sido mucho más duro que el batacazo de descender en Valencia”, ha concluido.
