La pandemia, el volcán de La Palma o la Guerra en Ucrania han obligado a organizaciones benéficas como el Banco de Alimentos a encadenar diversas campañas apelando a la solidaridad de los ciudadanos. El responsable del Banco de Alimentos de Aragón, José Ignacio Alfaro, cree que tanta necesidad está haciendo que los llamamientos pierdan eficacia y dejen de calar.
Otra razón por la que las ayudas han dejado de llegar al banco, según Alfaro, es la subida de precios en la cesta de la compra. El poder adquisitivo de las familias se resiente con la actual escalada de precios y queda poco margen para la solidaridad. Para hacerse una idea, basta atender a los datos de la última Gran Recogida, cuya recaudación cayó un 40%.
Mientras las donaciones se desploman, las necesidades aumentan, por ejemplo, con la atención a refugiados procedentes de Ucrania. La demanda de ayuda se incrementará en torno al 15% este año, según las previsiones del Banco de Alimentos, por lo que la situación es ya alarmante. El 3 de junio se agotarán las reservas de leche, y pocos días después la de otros productos básicos como el arroz o la harina.