Hoy han comenzado los derribos de las últimas edificaciones que todavía permanecía en pie en el antiguo Polígono de las Harineras. Las obras de derribo durarán aproximadamente dos meses, con la previsión de que en los meses marzo o abril puedan adjudicarse las obras de urbanización, tal y como ha manifestado el presidente de la Junta de Compensación, que reúne a los propietarios del suelo, Luis Villamayor. La previsión es que en 2026 estén construidos los dos primeros bloques que albergarán unas 100 viviendas, ya que según Villamayor se compatibilizará la construcción de los edificios con la urbanización de la zona.
Por el momento son dos las promotoras (Buil y Promovilla Homes, perteneciente al grupo Harineras Villamayor) que se han interesado para acometer esos dos bloques en Harineras, aunque el presidente de la junta confía en que otros promotores se animarán tras el comienzo de las obras de urbanización. En el solar de Harineras hay espacio para unas 1.200 o 1.300 viviendas, pero en principio se construirán un centenar, cantidad suficiente por el momento para dar respuesta a la demanda que hay en Huesca. En opinión de Luis Villamayor, "no habrá mejor sitio para vivir en Huesca, en el centro de la ciudad, a escasos cinco minutos de la plaza de Navarra y justo enfrente de la estación del AVE". Además, se construirán viviendas eficientes que permitirán un importante ahorro energético que contarán con todas las comunidades y los últimos avances en diseño.
El suelo disponible sobre el que trabajar ocupa 8,5 hectáreas y la inversión necesaria ronda los 10 millones de euros, para lo que Villamayor espera contar con el apoyo del Ayuntamiento a la hora de agilizar las licencias de construcción. También ha recordado que hace 20 años, el Ayuntamiento requirió a las industrias instaladas en este polígono que debían abandonar el centro de la ciudad. Por su parte, la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, ha señalado la importancia de estas obras, porque supone satisfacer la necesidad de vivienda que hay en Huesca y conectar urbanísticamente el barrio de Los Olivos, con los de San José y La Encarnación. Para Orduna se trata de un "hito histórico" que empezará a dar solución a un problema fundamental como es la vivienda, que transformará el centro de la ciudad y que además requerirá de una adaptación en temas de movilidad.
