Unos 1.300 estudiantes de hasta 27 años han participado ya en la encuesta sobre salud mental y redes sociales que promueve la Universidad de Zaragoza y que se mantiene abierta hasta final de año. Según los resultados provisionales, el 27% de los alumnos afirma tener algún trastorno psicológico y el 38% considera que las redes les sirven como mecanismo de evasión. El 90% de los encuestados usa Instagram y un 56% Tik Tok, que es considerada la red social más adictiva.
La institución ha detectado que los alumnos se relacionan a través de las pantallas y canalizan peor su frustración. También aumentan los trastornos alimentarios. La coordinadora del grado de Psicología, Adriana Giménez Muro, ha explicado que el 40% de los alumnos tiene dificultades para conciliar el sueño y el mismo porcentaje apenas realiza ejercicio físico.
En ese sentido afirma que los estudiantes van a clase “mal dormidos”. Eso es “un factor predictor de mala salud mental y posiblemente física también. A veces se automedican con psicofármacos para intentar dormir un poco más. Esto pasa porque están conectados a las redes hasta altas horas de la noche, 1:30 o 2 de la madrugada”. Luego su cerebro tiene que desconectar. Todo ello dificulta su rendimiento a lo largo de la jornada lectiva.
La universidad ha constatado que la mayoría de los alumnos no conoce los recursos de atención psicosocial que ofrece la institución. Es uno de los retos que se trabajarán una vez se cuente con los resultados definitivos de la encuesta.
La postura de la OCDE sobre el móvil
El Gobierno de Aragón no descarta regular el uso del móvil en las aulas para salvaguardar la salud mental de los jóvenes. En Ejea, un instituto ya decidió prohibir su uso con buenos resultados según la comunidad educativa. En cambio, la OCDE rechaza la posibilidad de prohibir esa tecnología. Los expertos recuerdan que los adultos utilizamos el teléfono durante buena parte de la jornada como herramienta para nuestro trabajo y ocio, por eso, debemos enseñar a los menores a utilizar ese dispositivo de manera responsable.
Uno de cada tres estudiantes confiesa que se distrae del contenido de estudio cuando utiliza un dispositivo digital de lo que se deduciría que las pantallas más que ayudar despistan. La psicóloga, Sofía Perpiñán, cree que la edad adecuada para tener un móvil es a los 15 años, pero todo depende de cada niño y de las necesidades de la familia. Además, anima a los padres a fijar normas de uso.