En los ocho primeros meses del año, el Teléfono de la Esperanza ha recibido en torno a 5.300 llamadas. Una cifra superior a la del año pasado y según su responsable, Alberto Hernández, se podría llegar a final de año a más de 8.000. De todas estas llamadas, en torno a un 40% están relacionadas con contenido suicida, aunque es un porcentaje menor el que representa un alto riesgo.
El 10 de septiembre es el Día contra el Suicidio y el presidente del Teléfono de la Esperanza explica cómo en la mayoría de las ocasiones son familiares y amigos quienes llaman al detectar que algo va mal en el comportamiento de su amigo o ser querido.
Pero esta no es la única temática de las cientos de llamadas que reciben. Alberto Hernández destaca que son muchas las llamadas relacionadas con la soledad, la incomunicación e incluso con crisis existenciales, además de ansiedad o problemas familiares.
Más de 80 personas voluntarias atienden el Teléfono de la Esperanza las 24 horas del día los 365 días del año. Una labor para la que están muy preparados y con formación necesaria para atender situaciones de crisis y en la que desarrollan una escucha activa.