Los menores, procedentes de los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf, en Argelia, tienen entre 8 y 10 años. El verano en Aragón permitirá a estos pequeños aprender español o disfrutar de las actividades veraniegas lejos de las temperaturas próximas a los 50 grados que en esta época del año padecen en los campamentos saharauis.
El responsable de la ARAPAZ, Oriol Gavín, ha destacado que uno de los principales objetivos es que puedan someterse a diferentes reconocimientos médicos, ya que viven en un entorno con severas carencias sanitarias. La deficiente alimentación y las malas condiciones del campamento provocan que algunos de ellos sufran patologías relacionadas con la vista y el oído.
El programa Vacaciones en Paz nació en 1995 y desde entonces, centenares de pequeños saharauis han podido estrechar lazos con familias aragonesas. De hecho, casi treinta años después, estén viniendo los hijos de algunos de los saharauis que llegaron a Aragón en las primeras ediciones. Las asociaciones que impulsan el programa, en colaboración con las instituciones, quieren concienciar a la población sobre la situación de la infancia saharaui y fomentar la creación de vínculos entre las personas que participan en el programa.