El próximo 24 de junio cerrará sus puertas La Tabla Nueva, uno de los establecimientos más emblemáticos del Coso Bajo y que se ubica en ese mismo lugar desde 1876. Luis Ferrer, su propietario y cuarta generación de este negocio familiar mostraba su tristeza "porque cada vez quedan menos carnicerías en Huesca y además los locales del Coso Bajo se están vaciando".
“El negocio cierra porque no hemos encontrado la fórmula de continuar dando la misma garantía de servicio”, explica Ferrer. Además, Ferrer echa en falta que se potencie la Formación Profesional y ve necesario empezar a encauzar a la gente joven hacia “oficios con los que cualquiera puede ganarse muy bien la vida”.
“La tienda la abrió la familia Ferrer y la cerrará la familia Ferrer”, indica su propietario. Un negocio que ha sido parte de la historia de Huesca desde finales del siglo XIX. Su bisabuelo Juan Ferrer que tenía ya tenía una “tabla” (nombre con el que se conocía a la chacinerías de la época) en la plaza de San Pedro, decidió abrir otra en el Coso y de ahí su nombre: “La Tabla Nueva”, como reza la placa cerámica colocada por el padre de Luis Ferrer en la fachada.
Seguro que la clientela echará de menos la profesionalidad y la cercanía en el trato de uno de los negocios con más solera de Huesca, aunque gracias al obrador de Cárnicas Ferrer, se podrán seguir disfrutando de sus sabrosos productos como las tradicionales tortetas o morcillas así como de sus ricos preparados como sanjacobos, cahopos, croquetas, brochetas, albóndigas o canelones, que continuarán a la venta en distintos supermercados y superficies comerciales de toda la provincia. De hecho Cárnicas Ferrer va a ampliar su distribución de productos a una quinta gama de comida precocinada y está a punto de lanzar su nueva línea “Morro fino”.
