Con el aumento del precio del gas y de la electricidad es necesario buscar alternativas para ahorrar energía. Medidas que ya se pusieron en práctica cuando se potenció el uso de medidas eficientes para el ahorro de agua. Desde Greenpeace, su experta en transición energética, María Prado, explica que es tiempo de poner en marcha las medidas de ahorro y eficiencia energética que ya utilizaban nuestros padres y abuelos.
Uno de los puntos de partida que explica Prado es conocer en qué aspecto consumismos más energía. En la mayoría de los casos, el máximo gastro viene de la mano de la calefacción, supone el 63% del gasto energético. Y se podría controlar con la colocación de termómetros programables y ponerlos a 20 grados en invierno. Por cada grado que se incrementa, aumenta un 6% el coste.
Cambios de los sistemas de calefacción por otros eléctricos con los que poder acudir a las energías renovables se puede contribuir a controlar el gastro energético. La portavoz de Greenpeace cuenta cómo las renovables han de ser el futuro para no sólo ahorrar dinero sino también contribuir a evitar las consecuencias del cambio climático.