La nuticionista Laura Reviejo señala que los alimentos congelados tienen las mismas propiedades que los frescos. Conservan todo su valor nutritivo, tanto en verduras como en carnes y pescados. Además, proporciona una mayor seguridad sanitaria, siempre y cuando el proceso de descongelación se realice correctamente.
@reviejonutrición explica que la descongelación se debe realizar en la nevera unas doce horas antes de su preparación, y nunca a temperatura ambiente. Durante ese proceso, es fuera de la nevera donde el alimento queda más expuesto a resultar contaminado por alguna bacteria indeseable.
El estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios revela que los mayores ahorros se dan en los guisantes, que son un 92% más baratos que los frescos, seguidos de judías verdes y brócoli. En el pollo se puede dar un ahorro del 23% de media para los cuartos traseros; 22% para los jamoncitos de pollo y18% para las alitas. El ahorro se nota menos en los pescados. La merluza del cabo sale un 38% más barata, el atún el 13% y el bacalao un 7%.