2022 no ha sido un buen año para los agricultores y ganaderos de la provincia. ASAJA Huesca hace un balance negativo del año agrícola y ganadero. Pese a que ha habido unos precios más altos de lo habitual, no han podido compensar los altos costes de producción, el calor extremo del mes de mayo y la falta de agua para el riego.
De este modo, la productividad agrícola se ha visto este año afectada por los altos costes de producción, con fertilizantes que han triplicado su precio y con unos gastos energéticos de 500 euros por hectárea. Tampoco ha ayudado la climatología adversa. Las heladas se cebaron especialmente con el sector frutícola, la vid o el olivo, el calor extremo de mayo bajó la cosecha de cereal al 50 por ciento y la falta de agua embalsada disminuyó las segundas cosechas de maíz.
ASAJA sigue reclamando más almacenamiento de agua para poder planificar los cultivos, menos burocracia en torno a la PAC y mayor inversión en los planes de desarrollo rural del Gobierno de Aragón.