El Gobierno de Aragón va a impulsar un ambicioso Plan Extraordinario de Carreteras, basado en la colaboración público-privada, para renovar el 30% de la red viaria autonómica. En un plazo de 24 años, prevé movilizar cerca de 3.000 millones de euros. Los contratos para actuar en 11 itinerarios se empezarán a licitar a finales de este año o principios de 2023, de manera que las primeras obras comenzarán en 2024.
Es un plan pionero basado en el “pago por disponibilidad”. Es decir, las adjudicatarias, además de encargarse de la conservación y explotación, adelantarán la inversión, y una vez ejecutados los trabajos y acreditados varios ítems, recibirán el pago del Gobierno aragonés.
La única fórmula viable
El ejecutivo deberá presupuestar unos 125 millones al año. Por eso el presidente aragonés, Javier Lambán, asegura que este es el único modelo viable para renovar la red de carreteras en el contexto actual, ya que la financiación autonómica apenas es suficiente para garantizar la educación, sanidad y servicios sociales.
El consejero de Vertebración, José Luis Soro, ha destacado la importancia de corregir la insuficiencia presupuestaria histórica en las carreteras mediante este plan que actuará en vías por las que circula el 60% del tráfico de la Comunidad. Por ejemplo, se acometerá la duplicación de la A-127 entre Tauste y Ejea.
Dice que este plan “es un ejercicio de realismo”, porque “no podíamos esperar más tiempo” y porque con cargo al presupuesto ordinario “es imposible” acometer esas inversiones, por lo que considera “razonable” esta fórmula público-privada.
Además, Soro destaca que las CCAA están mirando muy atentas a este Plan “porque estamos marcando el futuro y la hoja de ruta que seguirán el resto de territorios”.
El plan ha sido presentado por miembros del ejecutivo en una jornada de la Asociación Española de la Carretera celebrada en el Pignatelli.