La Asociación Derecho a Morir Dignamente en Aragón ha denunciado que una mujer de 83 años se ha suicidado en Zaragoza esperando la Ley de Eutanasia ante la negativa inicial de su médico de cabecera a tramitar su solicitud. La mujer, con una luxación de cadera congénita, hizo la solicitud en julio. La entidad estudia con la familia la posibilidad de iniciar acciones legales.
La mujer no tenía posibilidad de mejorar según la asociación y padecía dolores constantes que iban a más, por lo que entienden, cumplía los requisitos para acogerse a la nueva ley. Además, permanecía la mayor parte del tiempo postrada en cama.
El presidente de Derecho a Morir Dignamente, José Luis Trasobares, recuerda que Atención Primaria debe de buscar un médico alternativo si hay objetores de conciencia. En este sentido, explica que entorno a un 6% de profesionales sanitarios (medicina, enfermería o farmacología) se han inscrito en ese registro. Pide garantizar el derecho a la Ley de Eutanasia con garantías y cumplir plazos para evitar estas situaciones.
Trasobares ha explicado además que en Aragón están tramitándose unas cinco o seis solicitudes de la Eutanasia actualmente. Una de ellas habría pasado por la Comisión de Garantías y estaría próxima a materializarse.
SIRA REPOLLÉS
El departamento de Sanidad ya ha depurado responsabilidades por este caso, aunque sin matizar si ha consistido en sancionar o apartar de su puesto a los profesionales de Atención Primaria que atendieron en primer lugar la petición de la mujer de recibir la eutanasia. El médico de cabecera debería haber informado de su objeción para buscar otro facultativo que se encargase de tramitar la prestación del servicio.
La consejera de Sanidad, Sira Repollés,aclara que el protocolo de actuación se envió a los profesionales implicados en la aplicación de la ley de Eutanasia en cuanto se aprobó el pasado verano. El ejecutivo trabajará para aplicar con garantías el derecho a la muerte asistida.
Los médicos de Atención Primaria reclaman un reglamento para armonizar el derecho a la objeción y la muerte digna.